BicentenariO!!

domingo, 9 de mayo de 2010

El cine y su historia en mexico



En 1895 llegó el kinetoskopio a México; sin embargo, no llamó la atención de los capitalinos, quienes siguieron asistiendo al teatro con la misma regularidad. Un año después, en agosto de 1896, se anunció en los diarios el arribo del famoso invento de los hermanos franceses, Luis y Augusto Lumière, el cinematógrafo. Entonces sí, esa novedad causó sensación en los espectadores de la capital de la República. Hubo personas que, sin poder dar crédito a sus ojos, llamaron a aquel aparato "cosa del diablo", abandonando a toda prisa el local de exhibición al ver una máquina de ferrocarril acercarse a toda velocidad hacia las butacas.El cinematógrafo se conoció en México sólo ocho meses después de su primera proyección pública en París, el 28 de diciembre de 1896, convirtiéndose desde entonces en una arraigada tradición. En un principio, se rodaron películas que abordaban temas sustraídos de cintas norteamericanas, sobre todo, versiones mexicanizadas del género western.

El joven francés Gabriel Vayre, camarógrafo y empresario de la época, se vio obligado a proyectar todos los días una función del cinematógrafo, pues ese negocio resultó intenso y prodigioso.



Hacia 1897, el cinematógrafo recibió un fuerte impulso gracias al entusiasmo y dedicación de Salvador Toscano Barragán, quien, siendo estudiante de ingeniería, encargó a los hermanos Lumière un aparato "toma vistas", uno de los primeros que llegaron a nuestro país. Toscano abrió su propio salón de cine. Más tarde, trasladó su proyector a un salón más amplio y más cómodo; el joven ingeniero comenzó también a filmar algunas de las primeras películas mexicanas sobre personajes de la época y eventos importantes.

Hacia 1900, el cine en México ya era espectáculo cotidiano y preferido por una buena cantidad de público. En efecto, al siguiente año, el teatro se declaró vencido por el cine.



Porfirio Díaz, en 1909, aprovechó las ventajas del cinematógrafo y contrató a camarógrafos para que lo filmaran en sus recorridos públicos, con el fin de mostrar masivamente su popularidad. Pero no fue hasta el comienzo de la Revolución Mexicana cuando se emprendió el afán por reflejar la realidad nacional en la pantalla. Hacia esos años, por desgracia, muchos de los salones donde se exhibían películas se quemaron. Como la industria francesa se veía afectada por tanto incendio, la casa Pathé Freres de París creó en 1914 películas anti-inflamables.

En 1920, la exhibición de películas aumentó considerablemente y se crearon en México los estudios Camus. Al final de esa década, se agregó audio a las imágenes y, con ello, desapareció el cine mudo. El director Rafael J. Sevilla inauguró formalmente el cine sonoro mexicano con Más fuerte que el deber, cinta realizada con técnicos que se habían formado en Hollywood.



Una anécdota curiosa es que el cine sonoro, en su momento, fue objeto de crítica por parte de números artistas e intelectuales. El actor estadounidense Charles Chaplin, el poeta mexicano José Juan Tablada y el dramaturgo italiano Luigi Pirandello, atacaron airadamente esa innovación, porque, según sus puntos de vista, así desaparecía el auge del teatro.

1 comentario:

  1. No conocía la historia del cine en mexico, es la primera vez que la leo, asique te agradezco por el post que has hecho porque he aprendido algo nuevo. Voy a seguir entrando a tu blog para leer y aprender cosas nuevas que creo son muy interesantes

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